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Mil noches sin ti de Federico Moccia.

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por Gemma Juan Giner

No es el primer libro de Federico Moccia que leo. Todavía recuerdo con mucho cariño la historia de «Perdona si te llamo amor». Diez años después soy yo, al igual que Niki, la que tiene una pareja veinte años mayor. Tengo mi propio Alessandro. Una historia que me cautivó. Pero debo decir que no me ha pasado lo mismo con «Mil Noches sin ti». Reconozco que es muy  difícil superar la historia de «Persona  si te llamo amor», pero esta vez, no he llegado a conectar con el personaje de Sofía.

«Mil noches sin ti» es la segunda parte de «Esta noche dime que me quieres». Tras un paréntesis en Rusia de ocho meses, Sofia decide volver a Roma. En un viaje a Sicilia para visitar a sus padres, descubre un secreto familiar que le afectará profundamente.

Mientras tanto, Tancredi sigue todos sus pasos; es un hombre enamorado que nunca se ha rendido a la primera. Pero Sofía no
confía en él.

Esta novela habla de decisiones vitales, de cómo y por qué las tomamos y de quiénes nos influyen al hacerlo. También reflexiona sobre nuestra capacidad para aprender de los errores y de la actitud de quienes, aun sin pretenderlo de forma consciente, intentan dirigir nuestras vidas.

Por eso también creo que Sofía, cada vez que toma una decisión es para salir huyendo.
Huir sin afrontar los problemas. Sólo tiene que levantar el teléfono y pedir ayuda. Olja es una de ellas. Pero también están Andrea y Tancredi, capaces de hacer todo por ella.

Creo que a Sofía le falta más valentía, más independencia y afrontar la vida, sin pedir ayuda a la mínima de cambio. Porque a pesar de que en toda la novela todo el mundo idolatra a Sofía, le falta mucha madurez
y no sabe lo que quiere.

Además, la novela se pierde en detalles innecesarios describiendo todas las comidas, los vinos, los locales, películas… para de repente, tener un final en diez páginas. Un final muy difícil de digerir para una novela que no discurre rápida, precisamente.

Me ha faltado desarrollo del final. No obstante, la novela está muy bien hilada con la primera parte. Ofrece tanta información de
la primera novela, que ni siquiera es necesario leerte el primer libro para recordar todos los detalles de la historia.

En definitiva, el libro se hace bastante largo para un final tan corto y apresurado. Descripciones muy pesadas con diálogos innecesarios, pero la historia en sí, es buena. Muy Federico Moccia.